La Marcha sobre Roma (en italiano, Marcia su Roma) fue una manifestación que tuvo lugar del 27 de octubre de 1922 al 29 de octubre y comenzó como un intento fallido de golpe de estado del Partido Fascista Italiano que, sin embargo, dio lugar a que el líder del partido, Benito Mussolini, fuera nombrado jefe del gobierno italiano (por extensión, con poderes dictatoriales) por el rey Víctor Manuel III.
Antecedentes
Italia fue una de las potencias vencedoras de la Primera Guerra Mundial, pero había sufrido grandes pérdidas y el tratado de paz no le concedió todo el terreno prometido por los Aliados antes de que Italia entrara en la guerra en 1915.
Esto, combinado con la crisis económica mundial de después de la guerra, socavó el establecimiento político italiano y llevó a un mayor apoyo tanto a los comunistas como a los fascistas italianos.
En la posguerra, los fascistas consiguieron apoyo político entre la clase dirigente aplastando violentamente a las organizaciones comunistas en la región del Podal, en el norte de Italia.
En las elecciones generales, los fascistas no obtuvieron un gran número de votos (tenían 20 escaños en el momento de la marcha).
Cuando el gobierno italiano atravesó una profunda crisis, los fascistas decidieron aprovechar la oportunidad de huir tomando el poder en un golpe de Estado.
Desarrollo
En la marcha sobre Roma, la capital de Italia, participaron unos 20.000 camisas negras y los llamados squadristi (combatientes callejeros fascistas), dirigidos por Italo Balbo, Emilio De Bono, Michele Bianchi y Cesare Maria De Vecchi, mientras Mussolini esperaba en Milán.
La mayoría de los participantes fueron impedidos por la policía y los 9.000 que llegaron estaban mal organizados y armados. En ese momento, sin embargo, el Rey vaciló y optó por nombrar a Mussolini como jefe de gobierno y Conselipresidente (Primer Ministro) el 30 de octubre.
Al día siguiente, los Camisas Negras realizaron un desfile por las calles de la ciudad, pero esa misma noche Mussolini los envió fuera de la ciudad en tren.
El día de la marcha, el 28 de octubre, se convirtió en el día de Año Nuevo en la Italia fascista cuando se introdujo un nuevo calendario en 1927.
Consecuencias
Mussolini no se convirtió en autocrático de la noche a la mañana, sino que fue incrementando gradualmente su poder hasta convertirse efectivamente en un dictador.
Sin embargo, los fascistas no contaban con mucho apoyo popular, y el establishment conservador fue su co-gobernante en todo momento.
Los fascistas se embarcaron en una nueva política exterior agresiva, la intervención en la Guerra Civil española y la invasión de Etiopía fueron pasos importantes en el camino hacia la Segunda Guerra Mundial, ya que Italia socavó la estabilidad internacional establecida tras la Primera Guerra Mundial (la Sociedad de Naciones y su seguridad colectiva).
Mussolini siguió siendo el líder de Italia hasta 1943, cuando fue derrocado por su propio partido fascista y por el rey italiano, después de que Italia sufriera importantes reveses durante la guerra contra los Aliados en la Segunda Guerra Mundial.
Adolf Hitler (como muchos otros) malinterpretó el curso de los acontecimientos y creyó que él y su partido NSDAP también podrían tomar el poder en Alemania de la misma manera.
Esto culminó en el fallido Golpe de la Cervecería de 1923. Hitler llegó a la conclusión de que los nazis tendrían que tomar el poder por medios legales, y obtuvo el poder de forma similar a Mussolini, cuando Hitler fue nombrado canciller en 1933 por el presidente alemán conservador Paul von Hindenburg.