Oswald Mosley fue el mayor de los tres vástagos de Oswald Mosley y Katharine Maud Edwards-Heathcote. Su padre era primo tercero del decimocuarto conde de Strathmore y Kinghorne. Era, pues, de familia bien situada socialmente.
Al final de la Primera Guerra Mundial, Mosley decidió entrar en política a través del Partido Conservador (1918-1922). Ya en los años 20, cambió de bando y se afilió al Partido Laborista (1924-1931), época en la que él y su esposa estaban comprometidos con las causas de la Sociedad Fabiana.
Durante su permanencia en el Partido Laborista, fue miembro del Parlamento británico y Ministro de Trabajo de esa nación. Sin embargo, insatisfecho con el Partido Laborista, creó el Nuevo Partido, que ganó varios partidarios que simpatizaban con sus opiniones económicas corporativistas.
El Nuevo Partido se inclinó cada vez más hacia las políticas fascistas, pero Mosley no tuvo la oportunidad de establecer una base de poder para su grupo cuando, durante la Gran Depresión, fueron derrotados en las elecciones de 1931, y varios candidatos del partido, incluido el propio Mosley, perdieron sus escaños hasta quedar totalmente fuera del poder.
A medida que el Nuevo Partido se volvía gradualmente más radical y autoritario, sus antiguos partidarios les abandonaron, y Mosley viajó a Italia para estudiar los “nuevos movimientos” encabezados por Benito Mussolini y otros fascistas. Volvió a su Inglaterra natal plenamente convencido de que éste era el mejor camino para su país y no dudó en lanzarse a crear la Unión Británica de Fascistas en 1932, con el objetivo de aglutinar a los movimientos fascistas existentes.
Este partido tenía ideales como el proteccionismo, el anticomunismo y el nacionalismo autoritario. También promovió la creación de un grupo paramilitar, (los Camisas Negras británicos), con características similares a la milicia del mismo nombre dirigida por el líder fascista italiano, Benito Mussolini. Sir Oswald y los partidarios de la Unión Británica también eran conocidos por apoyar al régimen nazi alemán.
La primera esposa de Sir Oswald, Lady Cynthia Blanche Mosley, padeció una apendicitis aguda que se convirtió en un caso grave de peritonitis, lo que la llevó a la muerte durante una operación quirúrgica en 1933.
Tres años más tarde, en 1936, Sir Oswald se casó con su segunda esposa, Diana Mitford, en una ceremonia celebrada en Berlín en la residencia de Joseph Goebbels, donde el propio Adolf Hitler fue uno de los invitados de honor, y regaló a los recién casados una fotografía suya enmarcada.
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial la pareja tenía dos hijos llamados Max y Alexander, sin embargo, a lo largo de la Gran Guerra las simpatías de Sir Oswald entre los políticos nazi-fascistas le llevaron a ser detenido por las autoridades británicas.
En mayo de 1940, él y la mayoría de los fascistas británicos fueron “internados” en virtud del Reglamento de Defensa 18B, que preveía el encarcelamiento de los simpatizantes con el régimen nazi, y sobre la base del mismo reglamento la Unión Británica de Fascistas fue ilegalizada un año después. Su esposa Diana fue detenida en junio de 1940, lo que provocó un episodio en el que los hijos Max y Alexander fueron separados de sus padres.
Sin embargo, en diciembre de ese mismo año, el primer ministro Winston Churchill pidió al ministro del Interior que garantizara que Diana pudiera ver a sus hijos con regularidad. Oswald y Diana Mosley serían liberados de la prisión de HMP Holloway el 16 de noviembre de 1943, lo que provocó amplias protestas públicas.
En ese momento sus hijos fueron rechazados en varias escuelas, bajo acusaciones que equiparaban el comportamiento de los niños con la reputación de sus padres, hecho que obligó a la familia a educarlos en casa. Los Mosley se trasladaron con frecuencia a varias ciudades de Inglaterra durante este periodo para evitar la persecución política en la posguerra.
Las autoridades lo liberaron en 1943 alegando que padecía tromboflebitis, pero aun así pasó los últimos años de la Segunda Guerra Mundial bajo arresto domiciliario, ya que la guerra había arruinado por completo su reputación política. En la posguerra, Mosley reformuló su discurso y trató de defender la idea de “Europa como nación”, que pretendía establecer un estado-nación que se extendiera a todo el continente europeo.
Sin embargo, las reuniones de este movimiento fueron numerosas veces perseguidas e interrumpidas por sus opositores (al igual que durante la Segunda Guerra Mundial). Esto le llevó a decidir irse de Inglaterra a Irlanda en el año 1951.
Más tarde se trasladó a París, pero finalmente regresó a su país de origen y entró de nuevo en la política, defendiendo las políticas contra los inmigrantes extranjeros, pero no obtuvo mucho apoyo. Mosley intentó ser elegido una vez más, pero quedó igualmente frustrado y regresó a Francia, donde escribió una autobiografía.
Sir Oswald murió en Orsay el 3 de diciembre de 1980, aquejado de la enfermedad de Parkinson. Su cuerpo fue incinerado en París y sus restos no yacen en Reino Unido.
Su controvertido legado todavía coletea hoy. En tiempos recientes, un grupo británico de extrema derecha de ex soldados que se autodenomina “Camisas Negras del Siglo XXI” se propuso revivir la Unión Británica de Fascistas eligiendo a Oswald Mosley como una especie de líder espiritual.
Disidentes del Partido Nacional Británico y del movimiento conocido como Liga de Defensa Inglesa crearon, en enero de 2013, un nuevo partido inspirado en la Unión Británica de Fascistas, que actualmente lleva el nombre de “Nueva Unión Británica” (NBU).