Enemy lines

El drama de la Segunda Guerra Mundial Líneas Enemy lines es el debut en inglés del director sueco Anders Banke, que aprendió su oficio de cineasta en Moscú.

Teniendo como frío telón de fondo el territorio polaco dominado por la Wehrmacht en el año 1943, el guion nos va llevando por los movimientos del soldado americano Mayor Kaminski (Ed Westwick) mientras trata de cumplir un encargo operativo bien peliagudo.

A las órdenes del coronel Preston (John Hannah), se teje una misión arriesgada para que un escuadrón de élite se desplace más allás de las líneas enemigas con el fin de liberar al científico de cohetes Dr. Fabien (Pawel Delag), que se encuentra bajo el cautiverio del ejército nazi.

No se pierde tiempo antes de que nos sumerjamos en la acción militar, ya que la secuencia inicial nos mete de lleno en la misión que constituye el núcleo de la historia. Esto supondrá para Banke un momento idóneo para lucirse a nivel cinematográfico, ilustrando lo que puede hacer con lo que resulta ser un presupuesto tirando a bien pequeño.

En la tensa escena de Enemy lines, las tropas aliadas se concentran en su objetivo con una banda sonora palpitante, pero, por desgracia, el suspense se interrumpe cuando retrocedemos dos semanas para comenzar de nuevo la narración.

A medida que el diálogo se pone en marcha y los personajes conversan sobre la estrategia que ya hemos presenciado, empiezan a aparecer las grietas, ya que el monótono guion está sacado directamente del manual del género.

En el papel protagonista de Enemy lines, Westwick se asemeja al canoso comandante de tanque de Brad Pitt en Fury, de David Ayer, pero tal vez sea sólo por su afiladísimo corte de pelo. Para ser justos, aporta un aura de estrella de cine a la obra, a pesar de trabajar con un personaje escrito de forma superficial.

Quien destaca más entre todos los actores del elenco de Enemy lines es, sin duda, Tom Wisdom, que encarna al soldado británico Davidson. Su leve arco argumental puede ser más bien formulista, pero aporta algo de pasión y emoción a lo que, de otro modo, puede ser un asunto bastante adusto y de sangre fría.

Enemy lines puede resultar algo torpe al recorrer el campo de minas de los clichés de las películas bélicas, pero la astuta dirección de Banke aprovecha las impresionantes localizaciones de los paisajes nevados en los que se desarrolla, y aprovecha sus puntos fuertes para construir enérgicas secuencias de acción.


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