En septiembre de 1944, se formó la “Volkssturm” (literalmente, “Tormenta del Pueblo”) para llamar a filas a todos los hombres de entre 16 y 60 años que aún no estaban en condiciones de luchar por la defensa del “suelo patrio” y por la “victoria final” alemana dentro de los esfuerzos de la “guerra total“.
El reclutamiento de los seis millones de hombres de la Volkssturm previstos era responsabilidad del jefe de la cancillería del partido nazi, Martin Bormann.
La “Volkssturm”, bajo el mando militar de Heinrich Himmler, estaba destinada principalmente a los trabajos de construcción y atrincheramiento, a las tareas de seguridad y a la defensa de las aldeas alemanas. Los miembros de la Volkssturm no llevaban uniforme militar, sino un brazalete con la inscripción “Deutscher Volkssturm – Wehrmacht“.
Tras haber jugado lealtad a Adolf Hitler y presentados propagandísticamente como una reserva decisiva contra el avance de los Aliados, los miembros de las Juventudes Hitlerianas y los hombres mayores, en su mayoría, se lanzaron, mal armados y mal entrenados, a una lucha desigual contra un enemigo superior.
Sobre todo tuvieron que aprender la funcionalidad de sus carabinas y ametralladoras en cursos intensivos. Entre las armas estándar también estaba el Panzerfaust: era fácil de manejar, tenía un gran poder de penetración y era fácil de llevar incluso por mujeres y jóvenes debido a su bajo peso.
Ni las fórmulas propagandísticas, como las relativas a la utilización supuestamente muy exitosa de las “armas milagrosas” V-1 y V-2, ni los informes falsos sobre las tropas supuestamente nuevas disponibles de la Wehrmacht, pudieron ocultar la inutilidad de los combates y la inminente derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial.
Por tanto, el valor militar de las unidades de la “Volkssturm”, mal equipadas, era escaso. Cuando entraron en contacto con el enemigo, algunas unidades se disolvieron o se rindieron. Sin embargo, a menudo lucharon con el valor de la desesperación, especialmente en el Este.
La campaña de odio que duró años contra los “subhumanos bolcheviques” y el espantoso desenfreno de los ocupantes alemanes en el Este alimentaron un miedo y un pánico totales a la venganza del Ejército Rojo.
Así, 15.000 miembros de la “Volkssturm”, junto con unidades dispersas de la Wehrmacht, defendieron tenazmente Breslau (hoy Wroclaw, Polonia), que estaba rodeada por el Ejército Rojo, durante meses hasta mayo de 1945. En total, la “Volkssturm” tuvo que pagar un alto precio en sangre en sus operaciones, con decenas de miles de bajas.