El Mariscal de Campo Montgomery pretendía asestarle al Tercer Reich el golpe final que permitiría terminar la Segunda Guerra Mundial en Europa para Navidades de 1944.
Como todos sabemos, la contienda se prolongó hasta 1945, así que puede considerarse que la Operación Market Garden no consiguió sus objetivos: fue la última gran victoria alemana de la Segunda Guerra Mundial.
Tras las victorias sucesivas que siguieron al establecimiento de las cabezas de playa en las costas de Normandía (durante julio y agosto de 1944), los Aliados empezaron a creer que la Wehrmacht era un ejército derrotado en desbandada.
El Mariscal de Campo británico Montgomery trazó un plan arriesgado para capturar puentes clave en los Países Bajos que resultaban necesarios para el empuje bélico final hacia territorio alemán, con miras a dar por concluida la Segunda Guerra Mundial en Europa para finales de 1944.
El 17 de septiembre de ese mismo año arrancaba la Operación Market Gardenn, justo siete días después de la aprobación oficial del plan por parte del Comandante Supremo Aliado en Europa, el General Dwight Eisenhower.
La operación de Montgomery incluía dos fases combinadas que dieron nombre a la misma: Market consistía en la ocupación durante varios días de puentes estratégicos tras las líneas enemigas por parte de tropas aerotransportadas, quedando a la espera de los refuerzos de Garden.
La fase Garden tenía como objetivo final el avance terrestre rumbo al norte para llegar a los puentes conquistados y servir de refuerzo a las tropas de paracaidistas. Finalmente se lograría un corredor controlado por los Aliados que discurriría por territorio enemigo, salvando la legendaria Línea Sigfrido, que permitiría abrir una brecha segura en territorio germano.
La Operación Market Garden se convertiría en la operación aerotransportada más grande de la historia militar, con la participación de 34 600 hombres, 1 700 vehículos y 260 piezas de artillería lanzadas desde los cielos mediante planeadores o paracaídas.
En la primera oleada participaron 1.500 aviones de los Aliados procedentes de 22 aeródromos ubicados en el sur de Inglaterra. La 101.ª División Aerotransportada (EE.UU.) fue lanzada sobre la localidad de Eindhoven. La 82.ª División Aerotransportada (EE.UU.) se lanzó sobre Grave y Nijmegen.
A las fuerzas norteamericanas se sumaron las británicas (1.ª División Aerotransportada). Los Diablos Rojos, nombre por el que se conocía a esta división británica, tenían como misión capturar el puente de Arnhem.
En total, eran cinco los puentes que debían capturarse en el menor lapso de tiempo posible. En el sur, el 2.º Ejército Británico tenía la misión de avanzar a lo largo del corredor Eindhoven-Arnhem.
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Lo que la aviación aliada desconocía era la presencia de unidades blindadas alemanas en la zona de Arnhem. La 9.ª y 10.ª División Panzer SS estaban situadas al norte y al sur de Arnhem respectivamente, cerca de las líneas germanas. Por consiguiente, los paracaidistas aliados (lógicamente con equipamiento ligero) tuvieron que enfrentarse a tropas alemanas que disponían del apoyo táctico de tanques y ametralladoras pesadas.
Como ya había ocurrido en otras operaciones aerotransportadas a gran escala, se desplegaron unidades de avanzadilla para precisar las zonas de lanzamiento. Una vez terminado su trabajo, se lanzó al grueso de las tropas de asalto, causando una gran sorpresa entre las fuerzas alemanas. La 101.ª División Aerotransportada terminó aterrizando lejos de su objetivo y sus miembros se vieron obligados a caminar hasta él, confiriéndole al enemigo una gran ventaja táctica y anulando el elemento sorpresa.
Las malas condiciones climatológicas también se tradujeron en que tanto la 101.ª como la 82.ª División Aerotransportada se vieron desprovistas de la cobertura del fuego de artillería durante varios días. Por su parte, el XXX Cuerpo de Ejército Británico se vio retrasado al encontrarse con una feroz e inesperada resistencia alemana en la carretera de Eindhoven y no logró unirse a la 101.ª División Aerotransportada hasta el 18 de septiembre.
A la mañana siguiente, el XXX Cuerpo se encontró con la 82ª. División Aerotransportada en Grave. Asimismo, el 2.º Batallón de Paracaidistas (Inglaterra) fue lento a la hora de reagruparse y sus integrantes comprobaron estupefactos que los cristales de las radios no funcionaban, lo que limitó la capacidad de comunicación entre los batallones.
A pesar de los problemas logísticos, se dirigieron diligentemente al puente de Arnhem una vez que lograron reunir a todos los pelotones. Desgraciadamente para los Aliados, los alemanes estaban ya alertados y habían comenzado a movilizar sus unidades Panzer con el objetivo de defender Arnhem.
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La 82.ª División Aerotransportada, gracias al fuego de cobertura del XXX Cuerpo, logró capturar el puente sobre el río Waal en Nijmegen.
No obstante, el XXX Cuerpo se vio retrasado de nuevo justo cuando había comenzado su marcha hacia el norte rumbo a Arnhem. Al norte de Nijmegen, el XXX Cuerpo fue atacado de nuevo por los alemanes y su avance quedó detenido.
Las municiones y los suministros comenzaron a complicarle las cosas a las tropas británicas que estaban atrapadas a la espera de refuerzos en Arnhem, a pesar de contar con el refuerzo de paracaidistas procedentes de la 4.ª Brigada de Paracaidistas.
El 20 de septiembre, no pudo seguir defendiéndose el puente de Arnhem y las fuerzas inglesas tuvieron que retirarse al centro del pueblo en busca de refugio, lo que desencadenó un bombardeo masivo por parte de la artillería alemana. Los panzers alemanes pudieron entonces atravesar el puente y adentrarse en el pueblo, haciendo prisioneros a muchos ingleses o abatiéndolos en encarnizados combates casa por casa.
El 22 de septiembre, el general Sosabowski de la 1.ª Brigada Aerotransportada (Polonia) entró en combate con el objetivo de salvar a lo que quedaba de las fuerzas británicas. La zona de lanzamiento se encontraba al suroeste de Arnhem pero su llegada poco logró hacer por revertir el rumbo de los acontecimientos.
Lo cierto es que el 27 de septiembre, los polacos que aún estaban vivos se rindieron a los alemanes, marcando el final de la Operación Market Garden. Fue sin duda la última gran victoria táctica alemana en la Segunda Guerra Mundial, aunque Montgomery la presentó como una victoria al 90 %.
Célebres son las declaraciones que hizo en su momento el Príncipe Bernardo de Holanda durante una entrevista: “Nunca más podrá mi país darse el lujo de sufrir otro de los éxitos de Montgomery”.
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