Operación Fork

La Operación Fork consistió en la invasión de Islandia por parte de tropas inglesas y canadienses. Esta operación fue conocida en español como Operación Tenedor y comenzó el 10 de mayo de 1940 durante la 2ª Guerra Mundial como una estrategia para lograr ocupar el territorio islandés, con el fin de evitar una invasión alemana de una isla tan estratégica para la guerra. En un principio, los objetivos iniciales de las tropas aliadas eran destruir las principales pistas de aterrizaje y asegurar los puertos de la isla.

En esta operación fue liderada en el bando aliado por Robert Sturges, comandante al mando de 746 marines y 4 buques de guerra. En el bando islandés, los comandantes Hermann Jonasson y Einar Arnals estuvieron al mando de 60 oficiales de policía y 300 reservistas sin entrenamiento.

Para comprender todo este proceso hay que remontarse a 1918 donde después de un largo período de tiempo bajo la soberanía de Dinamarca, Islandia consigue el estatuto de Estado independiente con una política exterior común. El Reino de Islandia se declara país neutral y no tiene ejército.

El 9 de abril de 1940, las tropas nazis arrancan la Operación Weserübung. Dinamarca fue ocupada y sometida en menos de un día. Ese mismo día Inglaterra comunicaba que estaba dispuesta apoyar a Islandia a mantener su independencia, pero necesitaría su permiso para construir instalaciones en la isla. Para esto Islandia fue invitada a unirse a la guerra como participante y aliado, rechazando tal propuesta y reafirmando su neutralidad.

El 12 de abril, en el marco de la Operación Valentine, las tropas británicas conquistaron las islas Feroe que se encontraban bajo soberanía danesa. Después de la conquista alemana de Noruega y Dinamarca, al gobierno británico le empezó a preocupar seriamente que el Tercer Reich intentase establecer una presencia militar en Islandia. Esta presencia supondría una amenaza imposible de soportar para el control británico del sumamente estratégico Atlántico Norte. Por este motivo las tropas británicas querían a toda costa bases en Islandia para reforzar la Patrulla del Norte.    

El 6 de mayo, Winston Churchill expuso que no se podía demorar más el tema de las bases en suelo islandés y, ante la incertidumbre de una negociación con Islandia, decidieron que una solución más eficaz y segura era desembarcar sin previo aviso y usar una política de hechos consumados. Dicho plan fue aprobado y puesto en práctica con gran premura y sin una planificación rigurosa. Grosso modo, dicho plan consistía en aerotransportar todas las fuerzas a Reikiavik asegurando los puertos de mar y pistas de aterrizaje para impedir cualquier contrataque alemán.

La historia ha corroborado que, a pesar de que la principal motivación para el movimiento de las tropas aliadas en Islandia era prevenir una invasión por parte de Hitler, el Führer tenía muy pocos deseos de realizarla realmente. Y, otra muestra de la indiferencia alemana hacia conquistar Islandia es que únicamente a partir de los planes aliados el Alto Mando alemán elaboró los suyos propios bajo el nombre de Operación Ícaro, pero nunca fue llevado a cabo por problemas de logística.