El rumoreado romance de “Ike” Eisenhower y Kay Summersby

Todo el mundo hablaba de ellos: el general Dwight D. Eisenhower, Comandante Supremo Aliado para Europa, y su chófer de origen irlandés, Kay Summersby.

Las habladurías decían que el general estadounidense -impulsor de la Operación Torch, la invasión de Sicilia e Italia y la planificación del Día D- tenía una aventura con su chófer, 18 años menor que él.

Las especulaciones eran comprensibles. Un periodista de guerra se sorprendió al ver a Kay dándole un beso en la mejilla a su ilustre pasajero. Ella dormía a menudo en la casa de campo de Eisenhower en Inglaterra, conocida como Telegraph Cottage, y según el folclore local, los dos llegaron a compartir “nidos de amor”.

Ambos se conocieron en mayo de 1942. El general, de 51 años, acababa de llegar a Inglaterra para ayudar en la creciente misión militar estadounidense en Europa. Summersby, de 33 años, llevaba desde 1939 en el Cuerpo de Transporte Mecanizado (MTC), integrado exclusivamente por mujeres.

La oriunda de Cork conocía Londres como la palma de su mano, pues había conducido una ambulancia por el East End durante el Blitz. Su relación profesional pronto se convirtió en amistad.

Kay montaba a caballo en el parque cercano con Ike y jugaba al bridge con él por las tardes; él le enseñó a tirar al blanco. Con el tiempo se convirtió en su anfitriona oficial en las cenas. Las notas personales que Ike le dirigió muestran una cercanía poco habitual entre un chófer y su jefe.

“¿Te apetece comer, tomar el té y cenar hoy?”, decía una nota. “En caso afirmativo: ¿A quién más quieres, si es que quieres a alguien? ¿A qué hora? ¿Cómo estás?”

Finalmente, Kay aceptó seguir a Ike desde Inglaterra hasta Argel. Fue un viaje tormentoso por mar, interrumpido la noche del 21 de diciembre de 1942 por el torpedo de un submarino frente a la costa de Argelia. Kay consiguió meterse en un bote salvavidas antes de que el buque, el SS Strathallan, se hundiera.

Llegó al norte de África con poco más que la ropa con la que se levantó. Ike tenía sus propios problemas, a saber, las consecuencias del asesinato del líder francés de Vichy, el almirante François Darlan, que había tenido lugar mientras Ike estaba fuera de la ciudad. Reunidos, los dos pasaron las Navidades de 1942 abrazados y prácticamente ignoraron el mundo exterior.

En 1943, Ike nombró a Kay su secretaria privada, a pesar de que tenía problemas para deletrear, mecanografiar o escribir. Kay siguió organizando las cenas de Ike para personalidades como los líderes de la guerra Winston Churchill y FDR, y llevando a Ike en coche las largas distancias hasta su cuartel general avanzado, pero su relación no era sólo profesional.

Según Kay, se besaron y se cogieron de la mano en un vuelo nocturno a El Cairo. Luego hicieron turismo por el Valle de los Reyes y volaron a Palestina, donde Ike la llevó al Jardín de Getsemaní (cerrado) y luego le escribió otra nota: “¡Buenas noches! Hay muchas cosas que me gustaría decirte, ya las sabes. Buenas noches”. (La nota aún estaba en la cartera de Kay cuando murió a los 66 años).

El problema era que ambos estaban casados: él con Mamie y ella con el oficial del ejército británico Gordon Summersby. (Ella también tenía una aventura con otro oficial estadounidense, Dick Arnold, pero éste murió mientras limpiaba minas en el norte de África).

No ayudó que Ike llamara a su mujer “Kay” varias veces mientras estaba de permiso en Washington. Y, a pesar de sus protestas de amor por su esposa, omitió referirse a sus vacaciones con Kay en Italia, el sur de Francia o Austria. Ike también “olvidó” mencionar que iba a llevar a Summersby al teatro en Londres al final de la guerra, pero una foto de la acogedora pareja apareció en la portada de los periódicos británicos al día siguiente.

Mamie estaba furiosa. A menudo reprendía a su marido por su especial interés en “Irlanda”, una referencia mordaz a Kay. La Sra. Eisenhower pasó gran parte de la guerra viviendo en el hotel Wardman Park de Washington D.C. con Ruth Butcher, la esposa de la mano derecha de Ike, el oficial de la marina estadounidense Harry Butcher.

Pero Butch, como era conocido, conoció a una chica de la Cruz Roja mientras servía en Argel. Se divorció de su esposa en 1945 y se casó con la joven, Mollie Forde.

Se dijo que Ike se puso en contacto con el jefe del Estado Mayor de EEUU, el general George Marshall, y le sugirió que quería divorciarse de Mamie y casarse con el ahora divorciado Kay. Al parecer, Marshall no quedó impresionado; de hecho, amenazó a Ike con no volver a tener un momento de tranquilidad si seguía adelante con sus planes.

Al final, Eisenhower nombró a Kay oficial del Cuerpo Femenino del Ejército (WAC) -la única extranjera en recibir tal honor- y movió hilos para conseguirle la ciudadanía estadounidense.

Ike (que en 1945 era jefe del Estado Mayor) decidió finalmente enviarla a California, a 5.000 km de su despacho en el Pentágono. Kay dejó el ejército poco después de ser víctima de un intento de violación: a su agresor le cayeron 15 años.

Incluso entonces, la relación Summersby-Eisenhower no había terminado. Siguió escribiendo a Ike y “topándose” con él. Quince editores de periódicos pusieron 1.000 dólares cada uno para pinchar su teléfono, suponiendo que seguía viéndose con él. Pero cuando Ike se convirtió en el 34º presidente de Estados Unidos en 1952, todo había terminado.

Kay se casó con un corredor de Wall Street y la unión duró sólo seis años. Más tarde se convirtió en coordinadora de moda de la cadena CBS pero, tras la muerte de Ike en 1969, le diagnosticaron cáncer de hígado.

Kay Summersby murió en un hospital de Long Island en enero de 1975. Su último deseo fue que sus cenizas fueran esparcidas en la tumba familiar donde empezó todo, en el oeste de Cork.