El Genocidio Checheno o «Aardakh»

El Genocidio Checheno o «Aardakh» fue un episodio ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial en el que la Unión Soviética perpetró una serie de deportaciones masivas contra las minorías autóctonas del Norte del Cáucaso, siendo la provincia de Chechenia la región que más sufrió los crímenes y la brutalidad del comunismo.

Origen

Desde su anexión al Imperio Ruso en 1864, Chechenia había sido uno de los territorios más inestables, con frecuentes insurrecciones a lo largo del siglo XIX y en el siglo XX durante la Guerra Civil Rusa y la Unión Soviética.

A principios de 1940, surgió la Guerrilla Chechena con más de 18.000 partisanos al mando de Hasan Israilov, que colaboró con el Tercer Reich entre 1941 y 1943 y recibió el apoyo de 50 paracaidistas alemanes.

Aunque el Ejército Alemán liberó temporalmente algunas zonas de Chechenia durante la «Operación Edelweiss», cuando las fuerzas del Eje fueron expulsadas del Cáucaso, Iósif Stalin consideró a los chechenos como un pueblo «colectivamente culpable» y decidió llevar a cabo un castigo ejemplar contra ellos.

Operación Lentil

La llamada «Operación Lentil» comenzó en octubre de 1943, cuando 120.000 soldados del Ejército Rojo y de la Policía Estatal Soviética del NKVD entraron en la República Socialista Soviética de Chechenia-Ingusetia. Aunque se alegó que las tropas estaban en la zona para defendernos de una posible contraofensiva del Eje y para reparar las infraestructuras destruidas durante la «Operación Edelweiss», en realidad se estaban haciendo listas de personas para proceder a una deportación masiva.

El 23 de febrero de 1944, todos los varones de Chechenia fueron convocados en las plazas públicas con motivo de la celebración del Día del Ejército Rojo. Los varones fueron arrestados y las mujeres, niños y ancianos fueron deportados a las regiones de Siberia y Kazajistán en trenes sin ventanas ni calefacción. Muchas personas murieron durante el viaje debido a las condiciones infrahumanas en las que viajaban.

Consecuencias

El Genocidio Checheno tuvo graves consecuencias para el pueblo checheno. Se calcula que murieron entre un 15 % y un 30 % de los deportados debido a las condiciones de vida en los campos de trabajo forzado y a las enfermedades. Además,

la deportación masiva tuvo un impacto devastador en la cultura y la sociedad chechenas. Muchas tradiciones y costumbres fueron perdidas durante la deportación y la vida en los campos de trabajo forzado, y la separación de familias y la muerte de tantas personas tuvo un efecto duradero en la estructura familiar y social de la comunidad chechena.

A pesar de que los chechenos fueron rehabilitados y autorizados a regresar a su hogar en 1957, muchos no lo hicieron debido a la destrucción de sus hogares y tierras y a la falta de recursos para reconstruir sus vidas. Los que sí regresaron enfrentaron dificultades para recuperar sus tierras y propiedades y para adaptarse a una sociedad cambiada.

En resumen, el Genocidio Checheno fue un episodio trágico en la historia del pueblo checheno y un ejemplo del poder devastador del comunismo y la represión estatal. Los chechenos han luchado durante décadas para recuperar su cultura y su dignidad, y aunque han logrado avances significativos, todavía enfrentan muchos obstáculos en su camino hacia la recuperación completa.


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