La Línea Mannerheim fue una línea de fortificación defensiva en el Istmo de Carelia construida por Finlandia contra la Unión Soviética. La línea recibió el nombre del mariscal Gustaf Mannerheim. Algunos de los combates más encarnizados durante la Guerra de Invierno tuvieron lugar a lo largo de la línea.
Los primeros planes para una línea de defensa en el Istmo de Carelia fueron elaborados tras la Guerra Civil finlandesa por Gustaf Mannerheim, pero fueron ignorados después de que Mannerheim dimitiera de su cargo tras la guerra.
La línea se construyó en la década de 1920-30. Se extendía desde la costa del Golfo de Finlandia, pasando por Summa, hasta Vuoksen y terminando en Taipale. Constaba de unas 200 ramas balísticas de hormigón.
La zona de Summa era la más fortificada, ya que se consideraba la más vulnerable. Los primeros búnkeres se construyeron entre 1921 y 1924; una segunda fase se inició en 1932, pero fue interrumpida por el estallido de la Guerra de Invierno.
A diferencia de la Línea Maginot y otras líneas de fortificación similares, que eran construcciones parecidas con enormes búnkeres y gran número de líneas con dientes de dragón, la Línea Mannerheim aprovechaba principalmente el terreno natural.
Muchos objetos del terreno, como colinas y grandes rocas, se utilizaron como parte de las posiciones de combate. Los finlandeses también dominaban las técnicas de camuflaje, que se utilizaron ampliamente en la construcción de la línea defensiva.
El nombre de Línea Mannerheim fue difundido por periodistas extranjeros y se dice que fue acuñado por Jorma Gallen-Kallela.
Durante la Guerra de Invierno, la línea detuvo el avance soviético durante dos meses.
En la Guerra de Continuación, la línea se utilizó muy poco durante el avance finlandés en 1941 y la ofensiva soviética en 1944.
Después de la Guerra de Invierno, la propaganda soviética y la historia de guerra oficial de la Unión Soviética exageraron enormemente la extensión de las fortificaciones finlandesas para explicar el lento avance de las tropas soviéticas.
La mayor parte de la Línea Mannerheim consistía únicamente en trincheras y otras fortificaciones de campo. Los búnkeres que existían solían ser pequeños y estar dispersos en una gran superficie. La línea casi no tenía artillería fija y no formaba un sistema de fuego coherente.