La estrategia del salto de rana o leapfrogging

La estrategia del salto de rana, o estrategia de leapfrogging fue una estrategia militar utilizada por los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial en el teatro de guerra del Pacífico contra el Imperio Japonés y las Potencias del Eje.

La idea era flanquear las posiciones bien fortificadas del ejército japonés, concentrando en cambio sus limitados recursos en islas estratégicamente importantes, que no estaban bien defendidas, pero que podían proporcionar un punto de apoyo a la isla principal de Japón.

Antecedentes

A finales del siglo XIX, los Estados Unidos de América tenían varios intereses que defender en el Pacífico occidental, en particular el acceso al mercado chino y las colonias (Filipinas y Guam), que habían obtenido como resultado de la guerra hispano-estadounidense (1898). Tras las victorias japonesas en la Primera Guerra Sino-Japonesa (1894-95) y en la Guerra Ruso-Japonesa de 1904, EE.UU. empezó a ver a Japón como una amenaza potencial para sus intereses en el Pacífico occidental.

Este antagonismo se intensificó por las objeciones japonesas a un intento de anexión estadounidense de las islas Hawai en 1893, con el derrocamiento del gobierno monárquico de allí. En esa ocasión Japón envió a Honolulu su crucero Naniwa, que llegó allí el 23 de febrero de 1893. Además, Japón criticó a EE UU por discriminar a los inmigrantes japoneses tanto en Hawai como en California (1906, 1913).

El resultado fue que EE.UU. comenzó, ya en 1897, a elaborar planes de guerra contra Japón, que entonces recibieron el nombre en clave de “Plan de Guerra Naranja”. El de 1911, que fue redactado por el contralmirante Raymond Rodgers, también incluía una estrategia de “salto de isla” para llegar a Japón.

Tras la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles otorgó a Japón un mandato sobre las colonias alemanas del Pacífico occidental, concretamente las Islas Marianas, las Islas Marshall y las Islas Carolinas. Si estas islas se hubieran fortificado, Japón podría, en teoría, haber negado el acceso a los intereses estadounidenses en el Pacífico Occidental.

Así, en 1921, el teniente coronel Earl Hancock Ellis, del Cuerpo de Marines estadounidense, redactó el “Plan 712, Operaciones para Bases Avanzadas en Micronesia”, un plan de guerra contra Japón que actualizaba los Planes de Guerra Naranja, incorporando las nuevas armas que se estaban desarrollando en ese momento (principalmente submarinos y aviones) y que también incluía una “estrategia de leapfrogging, aquí denominada “salto de isla”.

Poco después, un periodista angloamericano experto en asuntos navales, Hector Charles Bywater, publicó la perspectiva de una guerra entre Estados Unidos y Japón en sus libros Seapower in the Pacific (1923) y The Great Pacific War (1925), donde describía detalladamente esta estrategia.

Los dos libros no sólo fueron leídos en Estados Unidos, sino también por oficiales de alto rango de la Armada Imperial Japonesa, que utilizaron con éxito la estrategia del “salto de isla” en su ofensiva en el sudeste asiático entre 1941 y 1942.

Fundamentos y aplicación

La estrategia fue parcialmente viable ya que los Aliados utilizaron ataques aéreos y submarinos para bloquear y aislar las bases japonesas, debilitando sus guarniciones y reduciendo la capacidad japonesa de reabastecerlas y reforzarlas. De este modo se podía eludir a las tropas enemigas estacionadas en las islas, hasta el punto de que la principal base naval japonesa de Rabaul se volvió inútil para los esfuerzos bélicos japoneses y se dejó languidecer.

El general Douglas MacArthur apoyó considerablemente esta estrategia en sus esfuerzos por retomar Filipinas. La estrategia se aplicó inicialmente a finales de 1943 en la Operación Cartwheel. MacArthur afirmó haberlo inventado pero fue diseñado originalmente por la Marina.

Ventajas

La del salto de rano tenía muchas ventajas. Habría permitido a las Fuerzas Armadas estadounidenses llegar a Japón más rápidamente, sin perder tiempo, hombres y recursos en tener que desalojar a los japoneses de todas las islas que ocupaban por el camino. Habría dado a los Aliados la ventaja de la sorpresa y cortado el paso a los japoneses.

La estrategia global habría tenido dos “puntas”: una fuerza, bajo el mando del almirante Nimitz, con una gran flota y una fuerza de desembarco menor, habría avanzado hacia el norte ocupando las islas Gilbert, Marshall y Marianas, dirigiéndose en general hacia las islas Bonin, mientras que la punta sur, dirigida por el general MacArthur y formada por una fuerza de desembarco mucho mayor, habría capturado las islas Salomón, Nueva Guinea y las islas del archipiélago Bismarck, avanzando hacia Filipinas.

Ocasiones perdidas

La estrategia de leapfrogging no siempre se aplicó en el Pacífico. Cuando MacArthur se trasladó al sur para atacar Mindanao, después de liberar el norte de Filipinas de los japoneses y de reclamar la necesidad de reconquistar parte de Borneo, violó el principio básico de la estrategia. En el primer caso, la razón fue la promesa de MacArthur de regresar a Filipinas lo antes posible.

El origen del nombre

El nombre dado a esta estrategia está tomado por analogía del de un juego infantil popular en todo el mundo: conocido como piggyback en Italia, leapfrogging (rana saltarina) en los países anglosajones, saute-mouton (oveja saltarina) en los países francófonos, por citar algunos.

El juego se practica en un césped, campo u otro lugar abierto, con una superficie no demasiado dura, por varios “jugadores”, no importa cuántos, pero no menos de tres. Los “jugadores” se alinean en fila, uno detrás de otro, y el primero da unos pasos hacia delante y luego se coloca erguido pero con la espalda doblada hacia delante casi a 90º, la cabeza baja y las piernas ligeramente abiertas para tener una base de apoyo más amplia.

El segundo jugador toma una corta carrerilla y “salta” al primero, pero no elevándose completamente sino abriendo las piernas y pasando por encima de él, apoyando las manos en su espalda. Cuando el segundo “aterriza”, se desplaza unos metros hacia delante para dejar espacio suficiente al siguiente saltador y se coloca con la espalda doblada como el primero.

El tercero toma carrerilla, salta primero sobre el primero, luego sobre el segundo y se coloca, y así sucesivamente. Cuando todos hayan saltado, es el turno del primero, que repite la secuencia. Continúa así con el único límite de tiempo del cansancio o el aburrimiento.

Esta estrategia, consistente en sobrepasar las plazas fuertes enemigas sin ocuparlas, para seguir avanzando después de haber reducido en gran medida su potencial bélico, se empleó en muchos casos. En el caso de la ofensiva del sudeste asiático entre 1941 y 1942, como los bastiones japoneses eran islas, la estrategia también se denominó “island-hopping”.