La Batalla de Inglaterra

Durante el verano y el otoño de 1940, las fuerzas aéreas alemanas y británicas se enfrentaron en los cielos del Reino Unido, enfrascados en la campaña de bombardeos aéreos más larga de la Historia hasta la fecha. La Batalla de Inglaterra terminó cuando la Luftwaffe fracasó en su intento de conseguir la superioridad aérea frente a la Royal Air Force, a pesar de haber estado bombardeando objetivos militares británicos tales como aeródromos, puestos militares y, en última instancia, a la propia población civil (el Blitz, del que hablaremos en otro artículo).

La derrota de la Alemania nazi a la hora de conseguir sus objetivos de destruir las defensas aéreas británicas, así como de forzar el armisticio o directamente la rendición de Inglaterra, es considerada como el primer revés sufrido por Adolf Hitler y uno de los puntos de inflexión más importantes de la Segunda Guerra Mundial.

Hermann Göring estaba embriagado de orgullo: su Luftwaffe había cosechado hasta ese momento victorias aplastantes sin sufrir prácticamente bajas considerables. Le aseguró personalmente al Führer finiquitar a la RAF en tan solo unos cuantos días.

Su estrategia giraba en torno a la destrucción absoluta de la Royal Air Force para que la Wehrmacht pudiera realizar una operación anfibia de desembarco sin grandes obstáculos en las costas de Gran Bretaña: la bautizada como Operación León Marino (Unternehmen Sealöwe), que contaría también con un ambicioso despliegue aerotransportado.

Los alemanes establecieron finalmente 3 divisiones de la Luftwaffe para coordinar las oleadas aéreas contra Inglaterra: la Luftflotte 5 (Noruega), la Luftflotte 2 (Países Bajos y norte de Francia) y la Luftflotte 3 (al oeste del río Sena). Estas tres divisiones sumaban 3.600 aviones aproximadamente, frente a los apenas 871 aparatos de la RAF por aquel entonces.

Los británicos, al conseguir neutralizar la superioridad aérea germana, lograron acabar con la amenaza de la Operación León Marino y demostraron que el poderío aéreo, por si solo, podía emplearse para ganar una batalla decisiva. El 17 de junio de 1940, el derrotado ejército francés firma un armisticio y se retira de la Segunda Guerra Mundial. Gran Bretaña está ahora sola frente al poderío del ejército nazi, que ya había conquistado la mayor parte de Europa Occidental en un tiempo récord.

El primer ministro Winston Churchill congregó a un decidido pueblo británico y derrotó a los políticos que se mostraban partidarios de negociar con Adolf Hitler. El éxito de Gran Bretaña en la guerra en curso iba a depender mucho de la capacidad del Alto Mando de la Royal Air Force para abortar los esfuerzos de la Luftwaffe por conseguir la superioridad aérea sobre los cielos del Reino Unido. Comenzaba así la primera batalla exclusivamente aérea de la Historia.

¿Sabías qué…?

La batalla recibió su nombre tras un discurso de Winston Churchill pronunciado en la Cámara de los Comunes Británica el 18 de junio de 1940, en el que afirmó lo siguiente: “La Batalla de Francia, ha terminado. La Batalla de Inglaterra está por comenzar”.

Lo cierto es que la situación de Gran Bretaña era más favorable de lo que la mayor parte del mundo reconocía en aquellos momentos. Gran Bretaña disponía de un sistema eficaz de defensa aérea, así como de pilotos de primer nivel y un gran líder militar, Hugh Dowding, al frente del Mando de Caza de la Real Fuerza Aérea Británica (la RAF, Royal Air Force).

En el otro bando, los alemanes tenían que enfrentarse a varios problemas: no disponían de embarcaciones decentes tras la dura conquista de Noruega, su ejército no estaba preparado para ningún tipo de operación anfibia y la Luftwaffe había sufrido grandes pérdidas en el Frente Occidental (los dos primeros factores hacían que un ataque desde el mar a las Islas Británicas resultase imposible desde un principio).

La tecnología anfibia de 1940 aún no estaba demasiado perfeccionada. En la imagen, un intento de “anfibizar” un Panzer III.  
Bundesarchiv, Bild 101II-MW-5674-33 / Engelmeier / CC-BY-SA

Lo cierto es que, aún más preocupante para los nazis, era la pobre información de inteligencia de la que disponían y lo poco que conocían las vulnerabilidades británicas. Malgastaron gran parte de julio esperando una rendición británica y esperaron para atacar realmente a agosto. A pesar de que los ataques aéreos consiguieron hacer daños importantes en las instalaciones de radar, en los días 13, 14 y 15 de agosto, la Luftwaffe abandonó ese camino y decidió concentrar sus ataques en las bases de la Royal Air Force.

Una encarnizada batalla tuvo lugar en la que ambas partes sufrieron importantísimas pérdidas (un 21 % de bajas entre los pilotos de caza de la RAF y un 16 % de bajas entre los pilotos de caza de la Luftwaffe al mes durante julio, agosto y septiembre).

Fuente: Wikipedia

Cabe destacar que el 15 de agosto, Göring ordena el inicio de la Operación Día del Águila (Adlertag), con ataques masivos contra los ingleses.  La Luftwaffe contaba con más de 1.000 bombarderos y unos 700 cazas para la operación y se calcula que realizaron 2.119 acciones aquel día. Tras este primer día de operaciones, cuarenta aviones alemanes fueron derribados, pero las consecuencias del bombardeo fueron devastadoras para la RAF.

La Adlertag siguió su curso con buenos resultados hasta que el 24 de agosto, por error, se bombardea el puerto de la capital británica. El Führer le había ordenado a la Luftwaffe que Londres solo debía atacarse por orden expresa suya.

Aunque los alemanes se disculparon (no estábamos todavía en fase de guerra absoluta y aún imperaba cierto honor en el aire), el premier británico Winston Churchill aprovechó el error para lanzar una ofensiva área contra la capital del Tercer Reich (más simbólica que otra cosa).

Por unos momentos la ventaja parecía estar del lado de los alemanes, pero la conjunción de una pobre información de inteligencia y los ataques realizados por los británicos sobre Berlín hicieron que la Luftwaffe cambiara su enfoque operativo y se centrara en realizar ataques a gran escala sobre Londres.

El primer ataque directo (el del 24 de agosto, recordemos, había sido por error) sobre la capital inglesa tuvo lugar el 7 de septiembre y tuvo bastante éxito.

El segundo, se desarrolló durante el día 15 del mismo mes, pero no alcanzó sus objetivos y se saldó con importantes pérdidas, así como con una auténtica pérdida de moral entre los miembros de las tripulaciones alemanas tras verse superados en número por los aviones británicos.

Como resultado, Hitler decidió posponer permanentemente una operación de invasión de las Islas Británicas y procedió a suspender la Batalla de Inglaterra, cerrando uno de los pulsos más tensos de toda la Segunda Guerra Mundial. Los nazis probaron el sabor de la derrota y gracias a ello los Aliados pudieron utilizar Inglaterra como base desde la cual invadir la Europa continental en 1944.

Fases de la Batalla de Inglaterra

A veces los historiadores no se ponen de acuerdo sobre las fechas exactas de la Batalla de Inglaterra. Por ello hemos considerado oportuno hacer una cronología de las cuatro fases en las que puede dividirse la operación, basándonos en los datos aportados por la propia RAF.

Fase I: Inicio de la Batalla de Inglaterra (Kanalkampf)

La Luftwaffe concentra durante esta primera fase su ofensiva en el Canal de la Mancha, atacando los convoyes que navegan por él y atacando las estaciones de radar de las localidades costeras sobre las cuales se planea la futura operación terrestre (Operación León Marino).

Fase II: Crece la presión

Tras poner a prueba las defensas británicas, comienza la segunda fase de la Batalla de Inglaterra. El objetivo de la Luftwaffe es destruir el Mando de Caza de la RAF, destruyendo sus aviones en tierra o en el aire. Los aeródromos del 11.º Grupo sufren especialmente la furia de la Luftwaffe.

Fase III: El Blitz

Comienza el Blitz: ataques aéreos masivos contra Londres y otras ciudades importantes, así como contra fábricas de aviones y diversos objetivos de interés estratégico. Durante el día, se suceden las oleadas de cazas. Durante la noche, la Luftwaffe recurre a los bombardeos indiscriminados masivos.

Fase IV: El ocaso de la batalla

Continúan los bombardeos masivos nocturnos. Durante el día, los cazabombarderos  llevan a cabo incursiones contra ciudades costeras, aeródromos y demás objetivos militares. Las oleadas disminuyen a medida que las condiciones meteorológicas empeoran.

Fotografías de la Batalla de Inglaterra

A continuación, encontrarás una selección de fotos comentadas de la mítica Batalla de Inglaterra, primera batalla de la Historia librada exclusivamente desde el aire.

Vista de Londres en 1940, tras sufrir un bombardeo alemán.
Dominio público, Wikimedia Commons

Escuadrón de bombarderos Heinkel He 111 en pleno vuelo durante la Batalla de Inglaterra.
Dominio público, Wikimedia Commons
Trabajadores limpiando los escombros de un edificio totalmente derruido. Curiosa la imagen de la cantina móvil para el posterior “reavituallamiento”.
Dominio público, Wikimedia Commons

    Un típico autobús londinense atrapado de pleno por un bombazo, 1940.
Dominio público, Wikimedia Commons
Humeante panorámica de Londres, 1940.
Dominio público, Wikimedia Commons.

Soldados británicos operando una batería antiaérea en Kent.
Dominio público, Wikimedia Commons
Improvisado refugio antiaéreo en los túneles del metro londinense durante la campaña de bombardeos alemanes durante la Batalla de Inglaterra.
Dominio públco, Wikipedia.

En esta fotografía vemos a dos hombres cargando con un gran cuadro en lo que parece un almacén, proablemente de la National Gallery londinense. Un tercero supervisa la operación. Gracias a este tipo de operaciones pudieron salvarse obras de incalculable valor. Si bien la arquitectura británica sufrió pérdidas irreparables, la pintura corrió mejor suerte.
Dominio público, Wikipedia

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