Los aliados dieron a este caza el nombre en clave de Rufe, pero en realidad no era más que un Zero al que se le habían añadido flotadores y otras modificaciones menores: un hidroavión listo para luchar contra los estadounidenses.
También es interesante observar el origen del diseño y las diferentes soluciones al mismo problema propuestas por Estados Unidos y Japón.
A partir de 1942, cuando la Armada Imperial reinaba en el Pacífico, los japoneses se enfrentaron al problema de defender un gran número de pequeñas islas sin pistas de aterrizaje, por lo que pensaron en fabricar cazas hidroavión que, obviamente, no necesitaban aeródromos.
Ahora bien, por muy bueno que sea el diseño, está claro que un hidroavión de combate siempre será inferior a una aeronave convencional, ya que no tiene que cargar con voluminosos y pesados flotadores, que lo hacen menos lento y menos ágil.
Cuando los estadounidenses se encontraron en la misma situación, simplemente construyeron pistas de aterrizaje por todas partes, a veces aplastando el coral con bulldozers. Es evidente que el potencial económico e industrial de ambos países era diferente.
El Nakajima A6M2-N fue un hidroavión monomotor de ala baja con un flotador principal central y flotadores laterales bajo las alas. El motor era un Nakajima Sakae radial.
Principales variantes del Nakajima A6M2-N
- Shuisen 2 (hidroavión de combate número 2): designación inicial del avión
- A6-M2-N: el hidroavión fue desarrollado a partir del Mitsubishi A6M Zero Tipo 0, para apoyar las operaciones anfibias y defender las bases remotas donde no había una pista de aterrizaje. La estructura se basó en el A6M-2 Modelo 11 para el fuselaje, con modificaciones en la cola y la adición de flotadores. Los responsables del desarrollo de este avión fueron Shinobu Mitsutake y Atsushi Tajima. Se construyeron 327 ejemplares de este avión, incluido el prototipo